jueves, 26 de octubre de 2017

LA CUELGA

HISTORIAS RIMADAS
Por: Dayana Zapata Flórez
Dayletras




La cuelga

En un pueblo del Chocó, llamado San Rafael
Por allá de donde es  mi compadre Ismael
Sucedió una cosa  un día normal de cuelga
Que hizo que los hombres entraran en huelga.

Las mujeres se fueron desde por la mañana
Y llegaron en la noche donde Doña Juana
Fritaron pescado, tomaron galones de viche
Bailaron chirimía, y así empezó el bochinche.

El oro que consiguieron, les dio para mucho
Hasta compraron el  bailadero de Don Lucho
Eso comentaban los hombres bien enojados
Que sentían sus derechos dizque vulnerados.

Y sin más preámbulo, aquí les viene la historia
Si quieren la confirman con la comadre Gloria
O  si un día van por los lados de San Rafael
También se las cuente el compadre Samuel.
-Comadre Rosa:
¡Comadre Inés vámonos  a la quebrada!
A echar cuelga que ando es desesperada
Tráigase los cachos, el almocafre, la batea
La barra, el totumo, que la comida escasea.

Aquí traigo banano cocido y sardina frita
También viene con nosotras la comadre Ita
Preparate pues, un buen jugo de borojó
Que vamos es a caminá hasta Quiadó.

¡Ay esperen, se me olvidó el tambador!
Se lo presté ayer a la mujer de Nicanor
Me tiene cansada, no devuelve nada
De descarada ya está es  muy pasada.

-Comadre Inés:
¡Mirá veve Rosa, el tambador está acá!
Lo dejaste en mis cosas, ya lo voy a sacá
Dejá de está echando tanta calumnia
Lo mismo dijiste de la comadre Petunia.

Cual jugo de borojó,  hice fue aguapanela
También va con nosotras la comadre Estella
La batea se me partió, esperate presto una
Dios quiera y con suerte consiga alguna.

Ahí tengo en el fogón  plátano maduro asado
Lo podemo a compañá de un buen bacalao
El camino es bien largo, vámonos pues ahorita
Y nos metemos por los lados de Raspaurita.

-Comadre Ita:
Caminen vean ve, aprovechemos el tiempo
Y que no se presente pues otro contratiempo
Ya van a ser casi las ocho  de la mañana
Aunque también quiere ir la comadre Ana.

Me dijo en la noche que no tenía pa’ comé
Y me dio mucho pesar de esa pobre mujé
Y es que ya parió, más de diez muchachitos
Y la dejó por su prima el infiel de Carlitos.

Aunque allá en la quebrada hay bastante puesto
Ojalá no esté la Ofelia que le tengo un detesto
Que las otras lleguen rapidito  pa´ podernos ir
Porque es que el aguacero se quiere ya venir.

Y así se fueron Inés, Estela, Ita, Ana y Rosa
Sin conocer ninguna cómo terminaría la cosa
Llevaban las bateas a la altura de la cintura
Y en su rostro una sonrisa de pura calentura.

Llegaron, se repartieron en la quebrada
Cada una en su lugar bien acomodada
Con la distancia apenas pa´ podé charlá
Y uno que otro chiste y chisme poderse echá.

La cuelga tarbajaban bien coordinada
Mientras estaban con la risa alborotada
Y así se tejió una inesperada conversación
Aquí se las presento, presten pues atención.

-Comadre Inés:
Ya estoy es cansada de esa cocinadera
Que aprenda a cocinar ese, Dios quiera
Se la pasa todo el día, haciendo la nada
Con la barriga en la cama bien echada.

Hace como tres meses dizque se lesionó
Cortando leña por los lados de Quiadó
Desde ahí ese hombre ya no va a trabajá
De mi casa hoy que llegue lo voy a bajá.

-Comadre Estella:
¡Ve manita!, el mío es mucho más descarado
Anda hace como cinco meses bien alzado
Se encontró fue otra por los lados de Purré
Pero cuando vuelva lo voy es hacé  corré.

Me manda a decí que anda en una mina
Pero anda es con la bruja de la Ernestina
Ese diablo acá vuelve, eso lo tengo seguro
Y le va a ir bien mal por ser tan boquiduro.

-Comadre Ita:
Esos hombres están sufriendo del mismo mal
¡Ay Dios mío  como que nos cayó fue una sal!
Emiro todo lo que trabaja ahí mismo se lo bebe
Y donde Juana como mil cosas es que debe.

Ya lo que consigo, lo quiere cogé pa’ él
Y anda dizque celándome con Otoniel
Pero ahora que llegue, la tabla le canto
No estoy más por eso, ni por  más llanto.

Estaban las comadres en la conversación
Y se escuchó un grito  de mucha emoción
Ana estaba con los ojos bien alborotados
Mientras Rosa corría a ver qué había pasado.

¡Dios mío bendito, santa María bendita!
Parece que el agua, estuviera bendita
Estela, Inés, Rosa, Ita miren cómo brilla
¡Ay Dios mío hasta me tiemblan las rodillas!

Traigan la barra grande pa´ desenterralo
Y cabuya bien larga  pa´podé amarralo
¡Ay esto es una piedra gigante de oro!
Nos hemos es encontrado como un tesoro.

Las mujeres lloraron, bailaron y saltaron
Y desde ese día a los hombres doblegaron
Los papeles se cambiaron por el poder
Que siempre los hombres solían tener.

Lavaban plato, ropa, la casa y cocinaban
Y como perritos falderos muchos andaban
A unos los dejaron por infieles y descuidados
Mientras otros andaban cabezi agachados.

Y así termina la historia de un día de cuelga
Que hizo que los hombres entraran en huelga
Pues les dolían las manos de tanta ropa lavar
Y el corazón de ver a otro con su mujé gozá.

Y como dice el dicho…
 “El que no sabe lo que tiene a pedir se queda".








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