El Duende que no era Duende
Déjenme rociá agua bendita y podeme persigná
Porque yo hoy este bororó, todito lo voy a
contá
Que quien busca encuentra, bien dicen por ahí
Vean vé y a todas estas, ¡yo sí creo que
es así!
Y aclaro, protagonista no soy yo de esta
historia
La de la calentura y arrechera fue mi prima Gloria
Que por andá buscando, lo que no se le ha
perdido
Acabó en un sambapalo allá, con el compadre
Piro
Todo esto lo
escuché hoy en la plaza de mercado
Mientras estaba desayunando un delicioso
tapao
Me tocó hacelo a un lao, pa´ podeme concentrá
Porque un solo detalle, a mí, no se me iba a escapá
Resulta que a Evelino Piro oriundo de
Pacurita
Le sucedió una cosa extraña, hoy por la mañanita
Cuando venía caminado de por allá hasta
Quibdó
Pa´ vendé sus badeas, guayabas, piñas y
almirajó
Les dejo aquí esta historia, que ya se sabe
en Istmina
¡Sus creo en Dios padre, se me puso la piel de gallina!
Y en palabras de Evelino, escuche usted mejor
la cosa
Que con tranquilidad y sabor el mismito Piro
esboza
-Ya venía cansaro y surando a mitad de camino
Sentame bajo una sombra, fue la idea que se
me vino
Y miré un palo de guama, que estaba bien
frondoso
Y dije, aquí está bien bueno, aquí mismo me
reposo
Luego sentí un olor a primitivo cocido y guacuco
Y vi la olla corgando, desde el palo con un
bejuco
Me fui quedando sonso y me fue dando tontina
Pensé en gritá, porque por ahí cerca hay una
mina
Pero en medio del mareo, vi algo con el rabo
del ojo
¡Ay es que primero cae un mentiroso que un
cojo!
Mi gente y como maña vieja se sabe que no es
resabio
Me hice dizque el asustaro, pero lo que soy
es sabio
Me escondieron el sombrero, la catanga y el
machete
Pero me dije a mí mismo, el desesperao hacete
Luego salió una mujé, de un guarengue por el
monte
Y vaya sorpresa mía, dizque era la madre monte
Llena de ramas secas y hojas de diferentes
tamaños
Me dijo con voz pausada y haciendo ruidos
extraños
-Mirá pues duende, yo soy tu nueva dueña y
señora
Y vos me vas a obedecé y amá a partir
de ahora
Todas las riquezas que tenés, a mí me las vas
a dar
Y me vas a enseñar los secretos de todo este
lugar
La supuesta madremonte, ya iba a seguí hablando
Y yo
sí le dije lo siguiente pa ´no seguila escuchando
-Vevé esta muchacha, cuando vos ibas yo ya
venía
Buscá tu coteja, dejá tu acelere, ´tas joven todavía
O sea que querés enredá al mismísimo duende
! Ay Dios no quiera y sea él, que primero te
encuentre!
Me has confundido esta niña, yo soy es
Evelino
Y a todas estás creo que me tenés hasta de
Vecino
¿Vos no sos es la hija de mi comadre Doña
Celestina?
La que vende guacuco, sardina y hasta
guabina…
Infiero que porque me viste bajito y usando sombrero
Pensaste que yo era el duende, no, no soy ese
caballero
Mirá Gloria, seguí tu camino y dejá de andá
inventando
Respetá el monte, que mejor la tentación viví evitando
De sopetón la muchacha bien iracunda
interrumpió
Y de badulaque, mentiroso e insensato me
trató
Que ella sí era la madremonte y que yo un
impostor
Y como con la razón no se pelea, la dejé en
su error
Vi que arrimó una champa al borde de la
quebrada
Con un señor de sombrero, que reía a carcajadas
Que con la mano derecha la invitaba dizque a
vení
Y apena escuché que ella dijo, yo pa´ allá no
voy a dir
Salió corriendo y temblando la pobre de mí
se agarró
Me tocó traela arrepentida y llorando hasta
Quibdó
La salvó que siempre cargo mi poquito de agua
bendita
Sea lunes, domingo, de noche, de tarde o de mañanita
Y sin más, así terminó Don Evelino Piro la
historia
Que le sucedió a mi prima hermana Maria Gloria
A quien por experiencia propia le tocó
aprendé
Que con cosas de duende y madremonte es mejor
no jodé
Y como dijo Don Evelino Piro Mosquera...
Más sabe
el diablo por viejo, que por diablo
Y como decía mi abuelo…
Machete no
es hacha mi gente
Imagen del duende tomada de Internet
Autora: Dayana Zapata Flórez